sábado, 7 de mayo de 2016

"VEINTITRÉS MAESTROS DEL CORAZÓN"


¿REVOLUCIÓN EDUCATIVA?


Es un tiempo en el que debemos elegir, ya no estará "todo servido" por un papá, por una tendencia, por una escuela... ahora, es tiempo de construir caminos propios, reconocer que el Ser necesita ser escuchado y cada uno tendrá motivaciones muy diferentes. 
No podemos seguir educando en forma lineal, hace rato que es "el momento" de reconocernos SERES ORGÁNICOS, esto significa que con condiciones adecuadas, todos FLORECEREMOS en forma diferentes. Imaginémonos como un gran campo de árboles frutales, todos necesitamos riego, y sol y tierra, pero cada uno lo necesitará a DIFERENTE MOMENTO, con DIFERENTE INTENSIDAD, con DISTINTO CALOR... y así  floreceremos en deliciosos naranjos, manzanos, perales, ciruelos y limoneros.
Y DEFINITIVAMENTE, este mundo sigue necesitando de esa diversidad de frutas.


No necesitamos evolucionar en educación, sino provocar y CREER en una luminosa REVOLUCIÓN, lo cual implica que la educación debe ser TRANSFORMADA EN OTRA COSA. (Ken Robinson)
Debemos innovar, y esto nos cuesta mucho ya que debemos desafiar lo que hasta hoy tomamos por hecho, cosas que pensamos que son OBVIAS y NO LO SON.



Todos somos maravillosas semillas. Llénate de tí mismo al ofrecer tu semilla.
 
Elige la tierra y busca el manantial que ha de regarla. El sol, la luna, y las estrellas harán su trabajo de compartirse para que esa semilla, tu propio ser colocado en la más salina o seca de las tierras, pueda crecer en esperanzas de mañana. Millones de milagros habitan tu semilla: la sombra del árbol que será y ya es, el panal de abejas que se apoyará en sus ramas, el perfume eterno de los azahares que florecerán, las ramas fuertes que mecerán el columpio donde tus hijos rían en una tarde calurosa de verano. Cuando seas capaz de ver los milagros antes de que ocurran, serás el hacedor de amaneceres nuevos, serás el maestro sabio, amoroso y generoso que sólo aspira a escuchar al niño que lo habita mientras lo deja salir a jugar con el niño al que enseña.
 
Cuando tu hombre-mujer (maestro-maestra) seas capaz de comprender que eres la magia faltante en un mundo de creencias que anhela la bendición de un tiempo nuevo... cuando liberes tu propia posibilidad de ser, sabrás que es el momento justo, que por fin llegó el tiempo de cosecha, y la cosecha eres tu mismo con otra mirada.
Ya no importarán tus ojos, ya no importará el sonido de tus palabras.  Ese será el espacio-tiempo de la mirada que observa y del Universo todo.  También lo será para las palabras nuevas que vendrán frescas con olor a menta, a lavanda, a tierra mojada.  Esas palabras por fin servirán para que todos hablemos un mismo idioma.
 
Ya no se necesitarán naciones, ni banderas, porque será nuevo el comprender y el comprendernos... ya no habrá barreras: sociales, sexuales, raciales, banales... elementales.
Los corazones se expandirán tanto que a un mismo tiempo todas las semillas todas entenderán que es tiempo de explotar en miles de brotes que las harán elevarse por sobre ellas mismas y a pesar de sus propias muertes; para que la metamorfosis de lo nuevo llegue en abejas, perfumes, columpios, papalotes o amares nacidos bajo la mansa y fresca sombra de un apretado verde orgulloso de saberse esencial en un bosque de aparentes otredades multicolor.
Y si imaginas ese bosque pleno, completo de seres bellos, de infinidad de milagros produciéndose a cada instante, si ya has podido ver tus pies caminando por sus senderos, entre sombras suaves y rayos de sol que se descuelgan hasta el suelo que tanto ha esperado el calor manso de lo que gesta nueva vida... si has podido perderte en ese mágico IR, entonces maravilloso humano que te preguntas ¿CÓMO SE HACE?... deja de preguntarte y bendícete.
Deja de censurarte y avanza; deja de juzgar y juzgarte y REAPRENDE todo de nuevo. 
 






























Este es un tiempo tan nuevo, que nunca ha existido antes un florecer de estas magnitudes. Por eso escucharás palabras nuevas, verás colores incomprensibles, olerás flores desconocidas que te traerán los aromas que tu alma aún pudiera necesitar para finalizar la sanación que a tu ser completo le falte, pero como eres tan sabio y amoroso, lo aceptarás y seguirás adelante.  Hacia un adelante que ya no te parecerá incierto, todo el horizonte se habrá despejado.

Reconocerás en cada estrella a una hermana en cada gota de rocío a tu propio suspiro, en cada sonrisa que se te ofrezca un sinfín de nuevas semillas por nacer.  Y entonces, cuando no necesites más preguntas para avanzar, cuando tengas la serenidad de la tierra y tus pasos sean parte de ella, como si no necesitaran andarla porque son la misma cosa... entonces, habrá llegado el tiempo en que no será necesario despertar porque dará lo mismo que seas fruta, hombre, flor, mujer o abeja; porque la conciencia será sólo una y todos estaremos dentro de ella, todos seremos conciencia. 

Recién ahí, hombre-mujer (maestro/maestra), comprenderás que de nada ha servido tu ego, ni tu miedo, ni tu arrogancia, ni tu tristeza.  Recién ese día, sentirás la belleza total que eres y te habita, y te pedirás perdón mil veces por no haber llegado antes a tu propia maravilla.  Pero ni aún así te aflijas, el TODO, el Perfecto ciclo que nunca empieza ni acaba, seguirá dándote más de tu propia amorosa existencia y el día que tu quieras, dejarás de sufrir, dejarás de negar, dejarás de juzgar... y sólo creerás que TODO es posible, que TU ERES EL MILAGRO DE LA CREACIÓN, y tu hermana y tu hermano, y no habrá nada que te distraiga de tu única misión existencial:  SER LA BRILLANTE LUZ QUE HACE TANTO TIEMPO TE INVITARON A SER Y NUNCA TE ANIMASTE.


HOY ES: "ANIMARSE A DESCUBRIRSE".






viernes, 6 de mayo de 2016

LA UNESCO Y "LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA"


La UNESCO en su “Reunión de Expertos para poner fin a la violencia en la escuela”, realizada en París del 27 al 29 de junio del 2007, promulgó un documento con riquísima información que ayuda a poner nuestra observación en diferentes aristas y cambiar desde la verdadera INNOVACIÓN EDUCATIVA.
Muchas iniciativas tendrán que aceptarse como buenas medidas de diálogo y tolerancia para poder comenzar a transitar una realidad nueva. Si bien el mundo vive distintas situaciones respecto a la violencia familiar, social y política que luego se instala en la escuela y se reproduce, es urgente la necesidad de espacios de diálogo, reflexión y ACCIÓN.
En ese contexto diferentes expertos en educación, docentes, pedagogos, psicólogos, políticos, padres de familia y ALUMNOS, trabajaron sobre la observación de lo cotidiano y sacaron algunas conclusiones que instaron a modificar políticas nacionales e internacionales sobre  la violencia en la escuela.
Desde EDUCACIÓN PARA EL ALMA reproducimos algunas opiniones y sumamos nuestra iniciativa desde el trabajo realizado desde el amor primigenio y la necesidad imperiosa de hablar sin hipocresía y con una infinita tolerancia sobre lo que compete a este tema.




En general se vislumbró que la violencia se enquista en la escuela con mucha facilidad, ya que hay un caldo de cultivo propicio para que eso ocurra, con estructuras del sistema educativo y modelos que siguen siendo autoritarios y casi nada democráticos; si a eso sumamos los contextos históricos y sociales que se viven en cada sector del planeta, resulta difícil comenzar los cambios estructurales, por lo cual cuando se habla de ellos, se enuncia la URGENCIA de estos procesos. Los contextos pedagógicos suelen promover la educación con fines de CONTROL en lugar de poner la mira en la CONCIENCIA CRITICA. La educación para el control persiste porque uno de los primeros objetivos de la enseñanza ha sido crear alumnos disciplinados, de esta manera no se enseña a analizar valores, ni a tomar decisiones responsables. Se olvida que los humanos somos seres orgánicos, no “lineales” y es imposible que reaccionemos dentro de un estándar tan rígido.

Eric Debarbieux (profesor de la Universidad de Burdeos – Francia), postuló que los responsables de formular políticas pertinentes olvidan que la violencia en la escuela es un problema internacional y requiere soluciones internacionales. “El verdadero problema radica en los actos de violencia cotidianos, que parecen tener poca importancia pero se repiten constantemente y provocan una profunda falta de confianza en sí mismos por parte de los alumnos”.

Betty Reardon (directora del Centro de educación para la paz de la Universidad de Columbia – EEUU), enunciaba que “a menudo la violencia es el resultado de la frustración y la incapacidad de manifestar una idea; por eso es necesario trabajar sobre la mediación y comunicación entre compañeros. Para esto se debe conocer el origen de las manifestaciones de violencia, y la posible forma de reaccionar del modo constructivo.”

Deborah Price (subsecretaria de “Escuelas seguras y sin drogas” del Ministerio de educación de EEUU), sugirió que para que las escuelas sean seguras se debe tener políticas dinámicas y no “solamente” por respuesta. Esto significa que se debe formular la norma antes de que se produzcan los hechos violentos. Señaló que las agresiones a gran escala suelen tener origen en otras de menor importancia como las burlas, el acoso o la intimidación.
También mencionó que los primeros educadores de los niños son las familias y que las escuelas son el reflejo de las familias y las comunidades donde están situadas.

Tuncay Ergene (profesor de la Universidad de Hacettepe – Ankara, Turquía), definió varios programas de prevención generales:
-      PROGRAMAS EDUCATIVOS: educación en derechos humanos, solución de conflictos, prevención y reducción de violencia pandillera, preparación para la vida y prevención de la violencia doméstica.
-   
   SERVICIOS DE APOYO A LOS ALUMNOS: actividades extraescolares, orientación entre compañeros en forma individual y colectiva.
-    RELACIÓN ESCUELA, HOGAR Y COMUNIDAD: grupos de seguridad de padres voluntarios, alianzas entre escuelas y empresas, y equipos de trabajo integrados por miembros de la escuela y la comunidad.
-          PROGRAMAS BASADOS EN MEDIO AMBIENTE Y TECNOLOGIA.
-   POLÍTICAS Y MÉTODOS ESCOLARES: planes de tolerancia “0”, formación de personal sensibilizado con esos asuntos, juntas de arbitraje de alumnos para crear contextos democráticos.

Propuso crear entre escuelas y padres políticas para promover la comunicación, inculcar el sentido de unión entre alumnos y profesores, y acercar servicios de apoyo para la salud afectiva y el progreso académico. Aclaró que los programas que fracasan son los que accionan desde el miedo, o los que se basan en la “gestión” de la ira o la segregación de los alumnos agresivos o antisociales.
Sugirió también que sería propicio que a una lista de “normas de la escuela”, se sume una lista de “derechos de los alumnos” donde quede claro que se RESPETA SU INTELIGENCIA y se PROMUEVEN SUS DECISIONES RESPONSABLES.

Mafakha Touré (director en el Ministerio de educación de Senegal), expresó que se guardaba un silencio cómplice y que la violencia escolar era sólo un reflejo de la violencia general manifestada en los conflictos armados, la violencia familiar y la violencia callejera.
Habló de la realidad cultural de África Occidental donde los alumnos varones sufren castigos físicos en muchos casos como ritos iniciáticos, para preparar a los niños “para ser adultos responsables”; o a las niñas se las hace respetar las prácticas de la mutilación genital femenina.

Enrique Chaux (profesor de la Universidad de los Andes – Bogotá, Colombia), expresó que la inclusión de los alumnos en la toma de decisiones y en la acción tiene un poderoso efecto en la erradicación de la violencia y que la participación en la prevención de la violencia, confiere más autonomía a los alumnos y ayuda a las víctimas a recuperarse. 
Por otro lado, habló de la necesidad de un esfuerzo conjunto, evitando sobrecargar de responsabilidad a un solo sector.




Los alumnos formularon preguntas a los expertos y también al sector político.
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    ¿Quiénes son los perjudicados con la violencia escolar?
-      ¿De qué manera son perjudicados?
-      ¿Es diferente la idea de violencia en niños y niñas?
-      ¿Es diferente la idea de violencia según las edades?
-      ¿Qué entienden los gobiernos por CALIDAD EDUCATIVA?
-   
   Señalaron que para que la educación fuera de CALIDAD, debía abarcar la pluralidad, la democracia, y la paz, e intentar reproducir esas prácticas desde la consecuencia de sus políticas.


PROPUESTAS SURGIDAS DE ALUMNOS Y EXPERTOS EN EDUCACIÓN:

-      Promover una contracultura a la política de la violencia.
-      Poner en tela de juicio “el plan de estudios”, “la organización de la jornada escolar” y “la manera de agrupar a los alumnos”.
-      Reproducir los proyectos que obtengan buenos resultados en todos los lugares que puedan difundirse.
-      Mantener el impulso para que los proyectos se autofinancien.
-      Impartir formación a los docentes sobre la participación de los alumnos.
-      La educación para los derechos humanos debería ser un aspecto central de reflexiones y prácticas.
-      Se precisa que se interprete en forma común el carácter y las causas de la violencia, y sus consecuencias.
-      Los alumnos son los que pueden transmitir de modo más elocuente y convincente el mensaje de la NO VIOLENCIA.
-      Debería existir la forma de que los alumnos participen en ámbitos comunitarios y gubernamentales para dar sus soluciones al tema de la violencia en la escuela.

-      La seguridad escolar es una responsabilidad común a escuela, organizaciones comunitarias, padres y alumnos. Las escuelas solas no pueden crear un contexto pedagógico seguro y es imposible lograr un progreso académico en contextos de violencia.


domingo, 1 de mayo de 2016

"EL REINO DE CARAMELANDIA" SIGUE ILUMINANDO

EN UNA CAFETERÍA DE SANTA FE

Hace algunos años decidí experimentar con mi idea del juego, del aprender y del compartir. Sentí que todos podíamos vivir en un cuento como yo solía hacerlo en mi vida cotidiana.
La primera experiencia la viví con mi hijo, desde muy pequeño teníamos un juego, al volver del jardín de infantes, entre sus dos y cuatro años, siempre me pedía “un cuento de la cabeza”.
No me pregunten cómo pero unos cuántos años después me encontraba sentada en una mesa de una cafetería en la ciudad de Santa Fe, esperando a la directora de una escuela primaria de la localidad de San Jerónimo Norte, con quién organizaríamos un trabajo en base a Caramelandia, una obra de teatro para niños de primera infancia, que yo había escrito luego de jugar días y días y días con mi hijo (Lautaro) y los cuentos al regresar del jardín.
Lo que decidimos juntas en aquel momento, fue proponer un juego que tuviera sus bases en la magia del cuento, y que permitiera explorar claramente los talentos de esos niños que habiendo sido siempre muy estimulados, reclamaban más.
El trabajo propuesto desde la base de esta obra de teatro, nos permitía transitar distintas variables, para que en la escuela apareciera el juego, la lectura, el teatro, la utilización de medios digitales, los conceptos del compartir y cocrear. Si bien había una programación didáctica, esas docentes sabían sobre la estimulación que ya venían experimentando con esos niños, y estaban dispuestas a entregarse al juego ya que en él creían, y él nos enseñaría por fin sobre la esencia de todos.
Tal vez ustedes ya se estén preguntando cómo ocurrió todo eso… y qué fue exactamente lo que pasó luego en San Jerónimo Norte.
Una de las cosas que comprendimos al ir desarrollando el proyecto fue que “al mismo tiempo y obligatoriamente” teníamos que ocuparnos de nosotros mismos… de los que, por esos días, estábamos oficiando de educadores.  Supimos también que debíamos ser buenos, sensibles, amorosos y alegres con este adulto que no siempre estaba dispuesto a jugar; y que lo iríamos haciendo junto a los niños.




Y ASÍ NOS ANIMAMOS A JUGAR… Y APRENDER.

A la semana del encuentro con aquella mágica directora de escuela, Mónica Criscione, se sumó un sueño que dirigía la búsqueda en un solo sentido, y hacia allí fuimos.
El lugar como les dije, era un pueblo  llamado San Jerónimo Norte y según la época del año huele  a azahares, a pasto fresco o a lluvia.  La gente es amable, observadora y curiosa… ¡¡“buenos condimentos”, pensé yo!!
Los chicos ya me conocían, habíamos trabajado juntos en varias oportunidades, desde los cuentos y la narración oral.  Así que al llegar y reencontrarnos, les conté sobre un sueño extraño que mi hijo, ya todo un hombre de 22 años había tenido.  En él, uno de los miembros  de aquel reino, se le aparecía solicitándole ayuda para encontrar un libro que se les había extraviado con todas las recetas de Caramelandia.  Aquello, era por demás llamativo, ya que aparecía por primera vez un punto de contacto entre la fantasía y la realidad.
Y una vez más me pregunté a mi misma… ¿Cuál era la fantasía y cuál la realidad? ¿Quién era yo para decidir y juzgar que categoría adjudicarle a cada mundo?
En ese instante reconocí que todo el tiempo estábamos juzgando y que éramos nosotros, tan alejados de nuestro propio niño interior, los que necesitábamos la división para poder encontrarnos “a salvo” en uno de esos mundos y “estructurados y seguros” en el otro.  Entonces, ¿en qué mundo estaba yo y el resto de esos maestros y maestras eligiendo vivir aquella experiencia?
Fueron los niños, los que nos invitaron a jugar a todos nosotros y allí comenzó el verdadero aprendizaje.



Hubo todo tipo de reacciones y comentarios. Me sorprendió gratamente, por diferentes motivos que apreciaremos juntos, percibir de los más grandes de la escuela: diez, once y doce años, que todo el juego planteado era factible, y ya querían empezar a jugar; a diferencia de esto, los más pequeños fueron los que pusieron ciertos reparos en CREER la historia, pero ellos mismos crearon las justificaciones para seguir adelante.
No había dudas, la acción era lo requerido.  Y esa “acción”, comenzaba por un sistema de correo con cartas escritas en papel y de puño y letra, por todos los “habitantes” de la escuela ya que este era el medio que encontramos para ir comunicándonos todo lo que se nos ocurriera sobre la posible localización de “aquel incunable”.  El buzón (*) estaría en la biblioteca y la bibliotecaria sería la encargada de recibir las cartas y fiscalizar su reparto, ya que algún niño podría querer comentar sus “teorías” a otro niño o a su maestra, o la directora de la escuela. Cabe mencionar que la citada herramienta elegida, colaboró en confesiones amorosas de un rubiecito pecoso de quinto grado a una morocha de trenzas de sexto… y eso fue una de las tantas maravillas que ocurrieron sin proponérnoslo.
Los niños más pequeños, que oscilaban entre los seis y los ocho, pusieron algunos reparos, como por ejemplo, dudar sobre la existencia del mencionado reino y sólo si existían datos sobre él en el portal más utilizado de internet, lo creerían. La duda quedó sembrada, pero sólo duró veinticuatro horas, ya que al día siguiente, los pequeños investigadores trajeron impreso todo lo encontrado en Google sobre EL REINO DE CARAMELANDIA y allí todo comenzó a tomar forma y la credibilidad pasó de un sesenta por ciento a un cien SIN ESCALAS y todo tomó una dimensión que ni siquiera los que proponíamos el juego, imaginábamos.

(*) EL BUZÓN: el lenguaje utilizado durante todo el proyecto tuvo que estar ajustándose paso a paso; tal vez se pregunten por qué. La primera duda surgió cuando en segundo grado comenté que existiría UN BUZÓN para depositar las cartas que ellos escribirían, y vi sus gestos de incomprensión.  Esto me obligó a preguntar si me entendían, si sabían lo que era un buzón… y la respuesta fue que sí, que era el lugar por donde entraban los mails en la computadora.



Me pareció oportunísima la situación para jugar también con el lenguaje, y entonces recordé que Caramelandia tenía su propio alfabeto.  Pronto los chicos se habían vuelto expertos en ese nuevo idioma y ya escribían cartas con él.  Por supuesto, nosotros los adultos, tuvimos que aprenderlo rápidamente para saber qué contaban los chicos.

El juego comenzó a agrandarse cuando los más pequeños llevaron la historia de lo que estaba ocurriendo al hogar.  A los pocos días, abuelas y abuelos empezaron a acercarse a la escuela, por su propia voluntad, con recetas familiares en mano, porque sus nietos habían informado que en la escuela estaban buscando un libro de recetas dulces.  La tarea ya había tomado más color y empezando por los mayores, habíamos iniciado la realización de algunas golosinas, sólo para sentirnos más “dulcemente acompañados” en la búsqueda.  Todo lo que realizábamos era para compartir, así que los alfajores de dulce de leche que hicieron los más grandes debían alcanzar para toda la escuela, así como los medallones de chocolate, también.




Al promediar el paso de los días de aquel mundo en el que estábamos sumergiéndonos, me pareció totalmente comprensible que fueran las abuelas y abuelos, los que se hubieran integrado al juego primero, ya que ellos habían logrado volver a ese maravilloso niño interior. Éramos nosotros, los adultos “activa y socialmente aptos” los que seguíamos resistiéndonos a la alegría de lo primigenio, incluso después de haber descubierto que la realidad cotidiana la estábamos construyendo nosotros, viviendo cuatro horas al día dentro de Caramelandia, digo… de la escuela.  Las consultas de los abuelos se fueron incrementando y entonces propusimos, que ellos mismos se acercaran a la escuela a contarles “de boca en boca” a sus nietos sobre las historias familiares y la cocina.  Esos encuentros fueron únicos y mágicos (sin necesidad de aclarar donde estaba la magia…).
Todas las tareas cotidianas de la escuela comenzaron a tener que ver con ese mundo perfecto y así una clase de matemáticas de los niños de cuarto grado, se convirtió en  descubrir las proporciones de las recetas que estábamos elaborando, cómo multiplicarlas si queríamos hacer más alfajores o cómo dividirlas si cambiábamos los gustos. En geografía de segundo grado, exploraban los mapas para imaginar dónde podría estar Caramelandia en este bello planeta que habitábamos… o cuando en sexto grado los alumnos usaron la clase de computación para diseñar una campaña para la búsqueda del famoso libro.
A los pocos días me sorprendí al caminar por las calles del pueblo e ir encontrándome con un sin número de padres, tíos, abuelas, que se acercaban a preguntar informalmente, dónde debían “comprar” aquel libro del cual los chicos hablaban tanto. Mi respuesta era siempre la misma: “no está a la venta, está perdido y debemos encontrarlo”.  En general la insistencia y la necesidad de que la historia tuviera un sostén formal, me cortaba el paso… “¿está segura que no podemos pedirlo en Buenos Aires?”.
¡Todos estábamos jugando!


Y APARECIÓ!!





La “búsqueda” del libro perdido de Caramelandia, nos llevó tres meses de juegos, caos, sorpresas e infinidad de aprendizajes para TODOS los que participábamos. No olvidaré jamás el día que el libro apareció; habíamos salido en su búsqueda, en nombre de toda la escuela, el grupo completo de tercer grado, los niños de ocho años con sus maestras.  Al llegar al sitio donde podría encontrarse, hicimos todas las preguntas de rigor que nos permitían ir avanzando hacia nuestra ansiada meta; finalmente una vieja habitación en el fondo de una casa añeja del pueblo, contenía una gran cantidad de libros viejos en cajas… nos tomamos el tiempo de abrirlas hasta hallarlo. La ALEGRÍA fue única, y mientras todos los chicos querían tocarlo y tenerlo en sus manos, pronto alguien dijo: “préstenselo a Karem!!”.  Karem es una dulcísima y brillante niña ciega.  Ella lo tomó en sus manos, lo olió y sentenció: ES ESTE!! 
Pronto, todos hacían lo mismo; todos queríamos experimentar esa alegría con todos los sentidos.  Karem nos estaba enseñando otra forma de disfrutar y de mirar.



Hoy, casi seis años después de ese jugar, creer, disfrutar y crecer, comencé a averiguar entre esos niños algo más grandes, ya adolescentes qué recordaban de la experiencia, y comenzaron a llegar las respuestas que iré compartiendo sólo para subrayar una vez más que LA IMAGINACIÓN AL PODER es lo único a lo que debemos aspirar para el mundo de paz que deseamos, llegue.

Lautaro Lasso: estaba en ese momento en 2° y hoy ya termina su escuela con 12 años:


Hola me acuerdo que yo estaba muuuy entusiasmado y con mis amigos no parábamos de imaginarnos cosas, yo daba vuelta mi pieza y por más que siempre buscaba en el mismo lugar me daba igual porque de mi cabeza no salía que yo tenía que encontrar ese libro; siempre esperaba el momento para que me respondas esas cartitas en las que te preguntabas infinidades de cosas que vos con muchísimo amor nos respondías. El día que nos enteramos donde estaba, era en la casa de un hombre que le dicen Vaguito, en el sótano de esa casa.    Te mando besos: Lauti