Otra vez una tarde mágica nos congregó a 18 mujeres, que esta vez, en San Jerónimo Norte, me abrieron sus puertas para seguir sanando y aprendiendo...
El día se presentaba caluroso y húmedo, pero las voluntades y la alegría en total revuelo.
Yo no sé si fueron las infinitas intensiones de vivir y compartir, pero hicimos temblar el cielo!!!
No lo creen??
Se los juro... así fue.
Bailamos, reímos, soñamos y nos escuchamos... en breve repetimos.
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