viernes, 30 de noviembre de 2012

CRISTALIDAD, NUEVO TIEMPO… NIÑOS NUEVOS



Pensar y trabajar hoy en educación, es tal vez el mayor de los desafíos.
Porqué??
Porque para hacerlo consecuente y responsablemente, primero deberemos transitar nuestra propia alma, habitarla, respirarla… y confesarnos a nosotros mismos si estamos listos para escuchar a los niños que estaremos “educando”.
En este caso “la llave”  no la encontraremos en un libro… la llave está dentro de cada uno de nosotros y sólo si nos hallamos en estado de comunión con nuestra luminosa alma, estaremos listos para dedicarnos a la tarea de ENSEÑAR, aunque prefiero decir “ACOMPAÑAR”.
Empecemos entonces por hablar de nosotros…

Los seres humanos nacemos siendo sanos y sabios, así nos envían a la Tierra; luego, se va depositando en ese niño fresco y dócil que somos, todo tipo de mandatos, creencias, miedos.  Esto por supuesto, no siempre es así, y afortunadamente, muchos niños pueden vivir sus procesos de evolución hacia un ser adulto sano y libre, siempre que hayan sido alimentados con AMOR. 




Por eso, lo que se construyó durante un lapso variable de miedos,  llevará un proceso similar para “destejer” el entramado de situaciones que no nos pertenecen. Si a esto sumamos que algunas o muchas cuestiones irresueltas de tiempos remotos se volverán a presentar como ese “pendiente” a solucionar, tal vez comprendamos la inmensa cantidad de amor con la que deberemos trabajar en nosotros mismos.
Este proceso, para simplificarlo y caminar suavemente cada una de sus partes, lo dividiremos en cuatro etapas y cada una de ellas asumirá el tiempo necesario de elaboración e “internalización”. Estas “instancias” será bueno que las comprendamos en forma separada para así ser conscientes de cómo se ha asumido cada una de ellas para llegar a la verdadera sanación, que en definitiva será la evolución, continuar el camino, reencontrarnos con ese niño que aún vive algo “adormilado” muy dentro de nosotros.
Algo que diferencia nuestro mundo adulto del que habitábamos cuando éramos niños, es LA DUDA; en algún momento dejamos de creer... siendo niños, podíamos creerlo todo, ahora no, eso NOS EXPONE, nos hace vulnerables y entonces nos vemos obligados a construir murallas, corazas, duras pieles que nos cubren, capa tras capa.
Esto aparenta ser una buena medida: NADA VA A LASTIMARME.
NADA  más alejado... sólo nos separamos de la Fuente, de Dios, de la Luz... de nuestro inocente y maravilloso niño, que siempre estuvo dispuesto a amar y a evolucionar.




La primera etapa de este proceso, es el PERDÓN, comprender que el obstáculo está allí por amor y no para frenarnos… está allí para darnos un fuerte envión hacia “el adelante”, que nos espera con los brazos muy abiertos y empalagados de AMOR.  Será sentir sinceramente que  deseamos modificar una visión adquirida, que no nos pertenece y que nos ha recluido en el miedo (contracara del amor).
Como muchas otras veces, imaginando que pudiera existir la persona que no comprendiera los códigos “preestablecidos” sobre el significado de las palabras, quise aclarar más aún a qué nos referimos cuando hablamos de PERDÓN y encontré que los “inicios” de esta palabra involucran el “dar, pasar, adelantar… una donación, obsequio o regalo”;  y entonces todo cerró más amorosamente aún… ya que iniciar el camino hacia uno mismo, hacia la erradicación del miedo, es un obsequio que bien nos tenemos merecido.

El PERDÓN:
Es la enseñanza a través de los obstáculos.

La ACEPTACIÓN
Es la sabiduría ancestral.

Cuando el perdón haya sido asumido y podamos continuar avanzando… deberemos ACEPTAR.
Aceptar será confiar, entregarse, cerrar los ojos y saber que merecemos lo que ocurrirá porque eso será lo mejor que puede ocurrirnos.  Confiar que Dios, el Universo, los Maestros, los Ángeles, están allí, todo el infinito tiempo “cuidando nuestras espaldas”.  Algo bueno va a ocurrirnos, algo que no tendrá oposición y que recibiremos voluntariamente como acto de fe en la observancia de nuestro proceso para volver a vibrar con la sana inocencia del niño que nos habita.
Esta etapa del proceso de sanación, suele ser junto con el perdón, la más difícil, ya que siempre habrá “motivos”, “causas” muy válidas para la “no aceptación”, para “no perdonar”… en seguida surgirán los reparos: “cómo aceptar una enfermedad?”, “cómo perdonar una violación?”.  Justo aquí está el nudo donde debemos modificar nuestro proceso de “pensamiento”… sin duda será algo nuevo, diferente, GRANDIOSO.  Modificar será la llave que nos conduzca a la liberación…
Poder sentir que Dios nos habita, reconocer nuestro ser Divino, nos hará comprender que la libertad es algo más que un regalo generoso, es un “derecho”  que traíamos al nacer, y que al ir avanzando  en esta forma de vida, y retrocediendo en nosotros mismos, convertimos en “podio”… último escalón de una escalera que nadie puso delante nuestro.  Vivenciar el ser libres es tan majestuoso, que hasta llegamos a pensar que no es “humano”.
Ahí radica otra vez la equivocación.
Ser libres, ser humanos, es Ser, es Dios… y es “majestuoso”.




La LIBERACIÓN
Es observar el camino, todo el proceso.


Pero todo ocurrirá… al sentir ese tibio calor que nos protege suavemente por detrás y que nos permite CONFIAR… será el momento de la LIBERACIÓN.
El LIBERAR es ARMONÍA; el  estado perfecto de las cosas, que hace que no haya trabas, oscuridades, ni miedos.  La armonía es una música bella que acompaña y condimenta el funcionamiento de toda la MARAVILLA. Cuando dejamos que ocurra… que la armonía colme nuestros días, todo se facilita.  “Ellos” trabajan menos, es un estado de Gracia, es toda Su confianza puesta  en cada uno de nosotros.
Es relajarse, sintiendo el latido de nuestros  corazones, es como saber que el Gran Todo, está funcionando aceitado y nada ocurrirá que distraiga ese funcionar. 
Y otra vez imagino, que alguien pueda no comprender nuestros códigos con las palabras, por lo que me arrimo al diccionario para encontrar otra forma de expresarlo: es la facultad del ser humano de desarrollar una acción según su propia voluntad; cancelación o caducidad de las cargas = ARMONÍA.


Finalmente, la SANACIÓN
Es tu Ser Niño, es volver a vibrar con él y haber logrado la sanación.


Hay  almas que  organizan su supuesta armonía en “seguridad y garantías”.  Su existencia ES, en función de estar seguros y garantidos.  No lo han comprendido aún. Cuando suelten, cuando se dejen llevar en las cálidas corrientes suaves y perfectas del amor, sabrán que no existen garantías, que no son necesarias… que las cosas ocurrirán cuando deban ocurrir y que siempre estarán amparados y cobijados en los largos brazos del amor y la templanza.
Si aún existen  dudas de cómo detener la ira y el miedo… sólo AMA.  Ahí también está el  aprendizaje.  Debemos amar incluso  y “sobre todo” a esos seres que no comprenden qué es el amor.
Eso será SANAR = restablecer, recobrarse, aliviar, mejorar, curar, recuperarse, restituirse. 
Elijo en el final: RESTITUIR, e imagino al niño restituido y recibido con amor filial en nuestro propio corazón, donde siempre estuvo. En este AHORA, lo reencontramos vivo y feliz para  orientarnos y guiarnos.
Hoy se habla de los NIÑOS CRISTAL como  aquellos pequeños que vienen a mostrar el camino…; nuestro ser adulto, tiene un niño cristal pugnando por salir, lo que ocurre es que en este espacio-tiempo llegan seres que con total naturalidad alinean su conexión con lo Divino. Abren puertas. No dudan. Son absolutamente sensibles, aceptando esa sensibilidad… no cargan con ella, la DISFRUTAN.
Debemos intentar transitar ese sendero, observarlos y observarnos…
Ellos, suelen estar rodeados de otros niños que les consultan, o sólo los observan. Lo que ocurre en el mundo de los adultos respecto al “observarnos” y sentir que alguien ha evolucionado más que otro, ocurre también con los niños, pero sin “medirse”, sin “prejuicios”, ellos se observan naturalmente para comprender y “probar” cómo es sentir y accionar desde otro lugar. Sin duda, los niños guardan intacta la conexión con el Amor Absoluto.
Estos niños además, traen alegría y sanación, por el sólo hecho de estar cerca y compartir un juego con ellos. Transitan un estado de Gracia permanente y lo viven con armonía y gozo.
Eso, llevamos dentro.
Caminemos con las herramientas que cada uno posea hacia esa “cristalidad”.
Así volveremos a encontrarnos con la sanidad de nuestra alma, que siempre está en estado de Gracia.


ES TIEMPO DE  CREER que la sanación ya vive en TODOS, y sólo necesitamos reflotarla. LIBERAR y LIBERARNOS porque la tarea en este tiempo está en cada uno de nosotros y con cada uno de nosotros y así la SANACIÓN será real y UNIVERSAL… porque SOMOS UNO.

Por eso, cuando nos digamos EDUCADORES, preguntemos a los niños de hoy, qué tienen para enseñarnos… y compartirnos.



MARÍA FERNANDA GUTIERREZ

No hay comentarios:

Publicar un comentario