lunes, 21 de diciembre de 2009

¿EDUCAMOS PARA EL ALMA?



El alma de las flores, tal vez, la más sutil de todas las almas, es visible para muchos...

Antes de contestar esta pregunta, siento que hay varias anteriores... desde, qué es el alma? y si necesita ser educada?
Podríamos escribir decenas de concepciones sobre el alma, según rasgos culturales, religiosos y científicos... pero es eso lo que nos interesa?
No por el momento, tal vez más adelante.
Sólo les diré una de las definiciónes que encontré sobre esta palabra, que la define exactamente desde el lugar que pretendo, nos entendamos.

El alma es una parte importante en los instrumentos de cuerda frotada y pulsada.

En los instrumentos de arco (violín, viola, cello, contrabajo, viola da gamba, etc.) es una varilla cilíndrica de madera que se coloca de forma perpendicular a las tapas del instrumento, por el interior y por debajo del puente, y que soporta el peso de la presión de las cuerdas tensadas.


No encontré definición más maravillosa para comenzar a entendernos en este camino tan trillado de intentar saber para qué educamos, si somos consecuentes con esa educación y quién es el educado.

Sin perder tiempo entonces, en engrosar diccionarios, que ya bastante gruesos están, unamos corazones en entendernos y en tratar de escucharnos para que esa educación "tenga que ver" con el Ser.

Para qué educamos?, preguntaba recién...en lo personal, simplemente para abrir la puerta a la pregunta y para que se multiplique tantas veces como sea necesario, trayéndonos las respuestas que podamos necesitar para conocernos... o mejor... "para sabernos".
Somos consecuentes con esa educación?...
Aveces...
Tenemos que seguir entendiendo: para ser consecuentes con el educar, debemos ser fieles con nuestra propia alma. Un profe de matemática que denosta una flor, una seño de jardín que desoye un silencio, no son consecuentes con ellos ni con la vida que los rodea... y ahí nomás suelen estar ellos, los niños; ATENTOS, escuchando a ese "MAESTRO" y por supuesto también, oliendo flores, callando, cantando o preguntando.
Ser consecuentes, debiera ser, ubicarnos ante la vida en todas sus formas, respetarlas, y desde allí, realizar el acto de educar.
Y ya que llegamos a este punto, la última pregunta que me hacía a mi misma...
Quién es el educado?
TODOS LO SOMOS.
Sé que para muchos de los que están leyendo esto, es redundante esta aclaración, pero igual la hago.
Sólo observen la imagen que sigue a continuación:






Fue una mañana fría en medio de la provincia del Chaco, en una población llamada La Escondida... para llegar allí con mis cuentos, me desafiaron: "vamos a ver si nos encontrás!!"
Inmediatamente tomé el mapa y me llevó unos pocos minutos encontrarlos... dos meses después ahí estaba, "alimentándome" de esos niños, de esos docentes, de esos padres, que habían ido a escuchar cuentos y a jugar a la ronda, despues.
En esto seré categórica, el primero que no reconozca que está aprendiendo cada vez que enseña, tiene que empezar su camino nuevamente...

Por eso, he pensado que es mi anhelo que este espacio nos sirva para acercarnos a la forma bella, serena, sencilla, clara y elevada de escuchar a nuestra alma, sabiendo que sólo es parte de este inmenso Universo que nos da su música para seguir creando y SIENDO. Y que al observarnos, tengamos la "amabilidad" de hacerlo también con los que nos rodean, sean estos, niños, maestros, pintores, pájaros, cocineros, abuelas, margaritas, rubios, barrenderos, artístas, chinos, bailarines, capitanes de barcos, hormigas, mares, lagos, estrellas... almas, Luces interpretándonos.

3 comentarios:

  1. Yo también adhiero totalmente...
    La Educación (en el buen sentido de la palabra): base de la felicidad de todo ser humano.

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  2. Coincido plenamente con las propuestas de esta pagina.
    Creo fervientemente que es tiempo de que los sers humanos empecemos a cambiar nuestra manera de ser. Mas Ser y menos ego.
    Hace un par de años que transito los caminos del Coaching Ontológico, una disciplina camina en el mismo sentido que lo hace la propuesta de este movimiento.
    Creo que mas tarde o mas temprano, todos caminaremos por el mismo camino.
    Esperemos que sea pronto.
    Un abrazo.

    Carlos Cuevas
    carvas@argentina.com

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