jueves, 14 de octubre de 2010

MUJERES, MANDALAS Y CUENTOS





..."Si es redondita y jugosa, esa moza es tucumana"...


No hay instante más maravilloso que el mágico momento en que el maestro se convierte en alumno.

¿Cuándo pasa eso?

Todo el tiempo. Aunque muchas veces lo difícil es descubrirlo.
Considero, fuera de toda soberbia, que el maestro que no se sabe alumno todo el tiempo, está limitando su propia Luz, su verdadera comunión con su Ser.
En estos días unas veinte mujeres tucumanas, reinas del amor, de la sabiduría, de la música, de la alegría, de la búsqueda, del libre pensamiento, de la belleza (así se denominaron ellas...), me enseñaron una de las formas de apaciguar el ego, de descubrir mi propia Luz cuentera y buscadora de historias.

A esas mujeres les agradezco, infinitamente, por el regalo de sus sonrisas, de sus miradas y abrazos... por la elección de dejar sus trabajos y sus familias, durante todo un día para vivir juntas el despertar a una forma de sentir nueva: sin egoísmos, sin juzgamiento, sin prejuicios, sin miedos, sin mentiras... sólo desde el amor.



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